viernes, 22 de marzo de 2013

La nueva consejería cuestiona el marco trilingüe



La prensa publicaba este fin de semana que el Departamento de Educación se propone cambiar las bases del actual modelo de enseñanza trilingüe, una de las apuestas estrella de la anterior consejera de educación, Isabel Celáa; a ello se une que Eskola 2.0 también desaparece en cuanto dotaciones, sin un plan que optimice los recursos existentes,  facilite el paso a las tablets, e integre  a  la innovación en el contexto tecnológico en el cual pueda desarrollarse.  Precisamente no haber creado nexo entre ambos proyectos,  desveló la principal debilidad, la carencia de estrategias,   como comenté en más de una ocasión  en mi bitácora, por ejemplo, al tratar el tema de eTwining: eTwining: la mejor compañía para los proyectos trilingües

Lo que ahora se propone es continuar este curso el modelo trilingüe en los centros que lo solicitaron, evaluar resultados,  eliminar el marco que pretendía  garantizar un 20% del horario para impartir "materias en cada lengua" (inglés, euskera, castellano) y cambiar éste por objetivos. La razón es la misma que esgrimieron los mayores críticos para desautorizarlo: "el euskera «está en una situación de debilidad social» y el papel de la escuela «es fundamental» para superar esa desigualdad en el dominio de los dos idiomas oficiales". 

Fijar objetivos ambiciosos puede ser loable, pero ha de tener en cuenta el contexto lingüístico tan diferente con que parten el alumnado según situación geográfica y familiar, que condiciona los resultados; y abandonar las concepciones previas que se centran en modelos multilingües, no plurilingues. Lo mismo que escribí sobre los miedos al marco trilingüe, diría sobre la reforma del mismo, los modelos lingüísticos tienen que evolucionar hacia la inclusividad lingüística: "Tendríamos que empezar a hablar de prioridad vehicular (en vez de exclusividad) de una u otra lengua en las distintas áreas, integración linguística compartiendo espacios vehiculares, de forma dinámica y flexible. Con objetivos finales no solo grupales, también  individuales adaptados a la diversidad lingüística y social de los alumnos, como se propugna en el contexto general de la enseñanza obligatoria".
El problema práctico se enmarca dentro del campo metodológico, organizativo y de recursos humanos, ni el recurso al currículo ni más horas lectivas mejoran las calidad, y en una concepción sinérgica de las lenguas en la educación: "las lenguas crecen cuando se alían, se comunican e intercambian conocimiento entre ellas".

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