viernes, 18 de marzo de 2016

La maldita wiFi, la administración educativa vasca y el perro del hortelano

Dicho sea con todos los respetos y dejando claro que entiendo que estamos en el mismo barco, el tema de la conexión wi-fi en los centros públicos me tiene un poco "quemado".

Resulta ahora que tras las nuevas adjudicaciones de telefonía y varios en la administración vasca, y habiendo ganado "Telefónica" por goleada, van los de Euskaltel, en esta ocasión los goleados, recurren la susodicha adjudicación y todos los procesos derivados de la misma quedan lógicamente aplazados "sine die" una vez más.

Hartitos estamos en los centros públicos de enseñanza del wi-fi y de la conectividad que se nos ofrece, y desde la administración, hasta la fecha, todo son razonamientos que siempre terminan con una frase similar: "De momento, tendréis que esperar, pero calculamos que pronto ...". Eso, sí no se cortan en seguir planificando programas y actividades a las que nos urgen a que nos sumemos, y lo hacemos, pero claro, son actividades, como SareHezkuntza que parten de la necesidad imperiosa de una buena wifi en los centros.

Hace pocas semanas en Gasteiz, en una reunión  que terminó sirviendo un poco como terapia de grupo a los representantes de los centros y de la administración que allí estábamos, surgió la propuesta , bien recibida por los centros presentes dicho sea de paso, de que puesto que la administración se reconocía con cierta incapacidad, por sus propias limitaciones burocráticas, para cumplir sus promesas de proporcionar una buena wifi a los centros públicos, que al menos se nos dote de las mismas herramientas que los centros concertados a la hora de poder dotarnos de capacidad para negociar como centros con las compañías telefónicas.

La respuesta, desde la comprensión, siempre termina siendo que al día de hoy sería ilegal. Y digo yo, si nuestros políticos y políticas presentes en los órganos legislativos y ejecutivos se tomasen en serio el tema, a lo mejor modificando lo necesario en las leyes que ellos entiendan oportunas podrían ayudas a simplificar la vida de su ciudadanía y en este caso, dejar de mantener a los centros públicos que peores recursos que los concertados y/o privados. Dicho sea con todos los respetos, tal como he empezado, y dejando claro que, puesto que entiendo que estamos en el mismo barco, animarles a que dejen de actuar como el aquel perro del hortelano, que "ni hacía ni dejaba hacer".

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