lunes, 4 de febrero de 2013

La educación nos hace más libres porque el conocimiento desarrolla nuestro criterio y el criterio evita que de ciudadanos nos convirtamos en clientes y acto seguido en esclavos

Es cierto que si el progreso se limita a acumular dinero, mejoran las compras y la codicia, pero no las personas. Decía mi abuelo que si «horteras éramos cuando éramos pobres y menesterosos, horteras seguimos siendo cuando logramos convertirnos en ricos si no han pasado por nosotros la educación, la cultura y el conocimiento». Y es que también la educación nos hace más libres porque el conocimiento desarrolla nuestro criterio y el criterio evita que de ciudadanos nos convirtamos en clientes y acto seguido en esclavos.

No en balde se ha defenestrado la Educación para la Ciudadanía, se han hecho recortes en la enseñanza, se ha suprimido la formación continuada y sistemática de maestros, se ha acabado con las becas y se ha descabezado la cultura: es el camino más fácil y más rápido para que los ciudadanos beban la propaganda, voten a quien les paga, dejen de protestar y no participen en el proceso de libertad y democracia.Los que ganaron las elecciones –centrales y catalanas al menos– bien lo demuestran: les hicimos caso, les creímos y les votamos alegremente, y ahora su corrupción económica y política nos están dejando sin educación, salud, criterio ni esperanza.  

El CorreoROSA REGÀS 3 -feb

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